Como último gesto de solidaridad con el pueblo de Gaza, el papa Francisco dispuso que su auto se convierta en una clínica de asistencia médica para niños gazatíes.
El Vaticano anunció el domingo que el papa pidió antes de morir que un papamóvil, el vehículo que suelen usar los pontífices en sus recorridos entre los fieles, fuera dedicado a ofrecer ayuda médica a los niños de la Franja de Gaza.
El papamóvil estará gestionado por médicos y llevará en su interior instrumentos de diagnóstico, test rápidos de infecciones, material de sutura, jeringuillas, oxígeno, vacunas y un frigorífico para transportar medicinas.
Una vez que se reabran las rutas humanitarias hacia Gaza, la clínica móvil se desplegará en zonas aisladas del enclave palestino para cumplir con su misión. Los funcionarios del proyecto dicen que esta iniciativa no sólo proporciona servicios médicos, sino que también envía un mensaje al mundo de que los niños de Gaza no han sido olvidados.
El Vaticano subrayó que esta acción fue el último deseo del papa Francisco para las personas con las que siempre se solidarizó a lo largo de su pontificado, especialmente en los últimos años de su vida, denunciando públicamente la “dramática e indigna crisis humanitaria”. Aseveró que hasta sus últimos días, el pontífice argentino estaba en contacto diario con la única parroquia católica de Gaza.
“Francisco insistió en que los niños de Gaza no son números, sino rostros e historias sagradas, y exhortó al mundo a no olvidarlos”, se lee en el informe del Vaticano.
Francisco, firme crítico del genocidio israelí en Gaza, murió el 21 de abril con 88 años de edad y el Vaticano concluyó domingo el periodo de nueve días de luto y ya se prepara para el cónclave que elegirá a partir del miércoles un sucesor.
La Oficina de Medios en Gaza informó el domingo que más de 70 000 niños palestinos están hospitalizados por desnutrición grave, mientras 3500 menores de cinco años se enfrentan a una muerte inminente por inanición.
Israel obstaculiza de manera total el flujo hacia la Franja de alimentos, medicamentos e insumos vitales desde el 2 de marzo pasado, pese a las denuncias sistemáticas de la comunidad internacional.
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